Mujer AM: Cómo aprendí a amar las mañanas y transformar mi rutina en 5 pasos
- Dominique Lattimore
- 25 jul
- 2 Min. de lectura
Actualizado: 9 ago
¿Alguna vez pensaste que madrugar no era para ti?
¡Yo también! Las mañanas eran mi peor pesadilla: mal humor, sueño eterno, y una guerra diaria con la alarma. No importaba cuántas veces me dijeran eso de “¡las mañanas son maravillosas!”, para mí simplemente no lo eran.
Pero algo cambió…Y hoy, levantarme temprano es uno de los hábitos más poderosos de mi vida.
De la resistencia a la transformación
Todo comenzó cuando decidí darle un giro profundo a mi vida. Empecé a desarrollar mi vida espiritual y a tener una relación íntima con Dios. Fue entonces cuando, sin que yo lo buscara, Él comenzó a transformar mis hábitos desde adentro.
Uno de los cambios más inesperados: comencé a disfrutar las mañanas.
Sí, yo… la que odiaba madrugar. Pero de pronto sentía ese deseo de buscar a Dios temprano, antes de que el mundo despertara. Como si Él mismo me estuviera invitando a comenzar el día con Él.
Mi nueva rutina: café, silencio y presencia de Dios
Hoy me levanto alrededor de las 6:00 AM. Muchas veces antes.
Mientras la ciudad duerme, el sol apenas se asoma y todo está en silencio, yo preparo mi café con leche, busco un rincón tranquilo y me conecto con Dios. Oro, leo Su palabra, medito, escucho.
Ese momento se volvió mi gasolina espiritual. Mi alma se llena de paz, claridad y dirección. Y eso cambia completamente cómo vivo el resto del día.
Lo que descubrí al volverme mujer AM
Madrugar no solo aumentó mi productividad… también transformó mi bienestar.
Me siento con más energía.
Descanso mejor por las noches.
Pienso con más claridad.
No sufro ansiedad.
Y, lo más importante, empiezo cada día con propósito.
Mi día ya no arranca corriendo, sino desde un lugar de paz y poder interior.
Ser una mujer AM no es solo despertarse temprano...
Es honrar a Dios desde el primer minuto del día. Es regalarte un espacio para ti misma. Es cuidar tu alma, tu mente y tu cuerpo. Y es vivir con intención, desde lo más profundo.
5 claves para convertirte en una mujer AM
Empieza poco a poco: Adelanta tu alarma 15 minutos cada semana. Hazlo gradual y amable contigo.
Crea tu momento sagrado: Café, Biblia, silencio, tu diario devocional "HOY ME LEVANTO. HOY FLOREZCO"… encuentra tu fórmula personal para comenzar bien.
Planea tu día con intención: Usa esos minutos para conectar con Dios y visualizar tu jornada.
Cuida tu descanso nocturno: Dormir bien es tan importante como despertar bien.
Hazlo parte de tu identidad: No como obligación, sino como un regalo diario para tu alma.
Conclusión: cuando empiezas bien, todo florece
Convertirme en una mujer AM no pasó de la noche a la mañana. Pero sin duda fue un antes y un después en mi vida.
Hoy, madrugar es un acto de amor hacia Dios y hacia mí misma.
Y si tú también pensaste que eso no era para ti, te animo a darle una oportunidad.
Con calma. A tu ritmo. Quizás descubras que Dios tenía algo hermoso esperándote… justo al amanecer.
¿Te gustaría que este hábito transforme tu vida también? Te leo en los comentarios.
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