¿Qué es un devocional y por qué puede transformar tu vida?

Diario devocional, plan de 30 días. Hoy me levanto, Hoy florezco.

1 Corintios 13:4 dice que el amor no es ostentoso, pero si de algo yo pudiera ostentar en mi vida, es de mi relación de amor con Dios y mi intimidad con Él. Una de las primeras cosas que comencé a experimentar desde el primer día en que abracé a Jesús fueron tiempos a solas con Él. Lo curioso es que lo hacía, sin saber que así “se supone” que debía ser.

Días después de aceptar a Jesús, lo primero que hice (sin que nadie me lo dijera) fue ir a una librería y comprar una Biblia. Como no tenía idea, terminé con la clásica Reina Valera 1960, con ese lenguaje lleno de “habéis” y “os digo” que al principio parecía imposible de entender. Pero eran mis primeros días como novata en la fe, y aunque yo no lo sabía, el Espíritu Santo ya estaba guiándome. Fue Él quien me impulsó a hacerlo, y desde entonces comencé a experimentar la presencia de Dios a través de una relación personal con Jesús.

Hoy puedo mirar atrás y reconocer que nunca más volví a vivir mi fe de otra manera. Esos tiempos de intimidad, de conexión con Dios, son lo que conocemos como devocionales. Y han sido lo que me ha permitido mantener viva mi relación con Él, aprender a escuchar Su voz, seguir Su guía y experimentar una transformación real en mi.

Entonces… ¿Qué es un devocional?

Un devocional es un tiempo que apartas para acercarte a Dios, hablar con Él y leer Su Palabra. Es como tu alimento espiritual de cada día: lo que te nutre, te fortalece y te da dirección.

Así como no podemos vivir sin alimento natural, tampoco nuestra fe puede sobrevivir sin alimento espiritual. Jesús lo dijo claramente:

“Yo soy la vid; ustedes son las ramas. El que permanece en mí, como yo en él, dará mucho fruto; separados de mí no pueden ustedes hacer nada.” (Juan 15:5)

Un devocional es ese momento en el que te “apegas a la vid”. Es tu manera de decirle a Dios: “Aquí estoy, papá. Quiero oírte, quiero hablar contigo, porque te necesito para seguir adelante”.

Los beneficios de un devocional

Más allá de ser una disciplina espiritual, el devocional es un regalo. Es lo que mantiene tu vida espiritual despierta y tu alma en paz en medio de un mundo que constantemente quiere desviarte.

Algunos de sus frutos más preciosos son:

1. Paz en el corazón

Cuando haces un espacio diario para estar con Dios, Su presencia calma las tormentas de tu alma. Yo misma fui sanada de crisis de ansiedad y temor gracias a esos momentos. Simplemente decidí entregarle mi tiempo, y Él hizo el trabajo. Hoy, uno de mis mayores tesoros es la paz que brota de esa intimidad.

“Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, cuidará sus corazones y sus pensamientos en Cristo Jesús.” (Filipenses 4:7)

2. Dirección para tu vida

Sin guía, somos como ovejas perdidas. Pero en tu devocional, al leer Su Palabra y abrir tu corazón en oración, Dios comienza a mostrarte el camino.

“Yo soy el buen pastor; conozco a mis ovejas y ellas me conocen a mí.” (Juan 10:14)

3. Aprender a oír Su voz

Dios habla de muchas formas, pero principalmente a través de Su Palabra. Tu tiempo con Él afina tu oído espiritual, del mismo modo que reconocemos la voz de alguien amado porque hemos convivido con esa persona. Entre más intima sea tu relación con Jesús, más claridad tendrás para discernir lo que Él te dice.

“Ya sea que te desvíes a la derecha o a la izquierda, tus oídos percibirán a tus espaldas una voz que te dirá: ‘Este es el camino; síguelo’.” (Isaías 30:21)

4. Crecimiento espiritual

Así como los bebés no crecen sin alimento, tú tampoco puedes madurar en la fe sin nutrirte de la Palabra de Dios. El devocional te fortalece, te prepara para las batallas de la vida y te ayuda a crecer en la medida de fe a la que Dios te ha llamado. Y ese crecimiento espiritual va a dar su fruto a través de tu transformación y restauración.

“Deseen con ansias la leche pura de la palabra, como niños recién nacidos. Así, por medio de ella, crecerán en su salvación.”(1 Pedro 2:2)

Cómo hacer un devocional

No existe una fórmula "religiosa", no se trata de eso. Lo importante no es

“cumplir un rito”, sino acercarte con un corazón sincero.

Aquí te comparto algunos pasos sencillos que a mí me han ayudado:

1. Planifica tu tiempo: aparta un momento del día (mañana, noche o en tus pausas). Hazlo hábito, no por religiosidad, sino porque amas a Dios.

2. Busca un lugar tranquilo: un espacio donde puedas concentrarte y estar a solas.

3. Crea ambiente: pon música de adoración o instrumental, eso cambia la atmósfera y ayuda a conectar.

4. Ora: habla con Dios con tus propias palabras. Agradece, pide perdón, comparte lo que llevas dentro.

5. Lee Su Palabra: elige un pasaje o un libro de la biblia para estudiar o usa un devocional como guía. Medita en ello y deja que el Espíritu Santo te hable.

   
   

Una relación, no un ritual

Un devocional no es un rito vacío, sino un encuentro real diario con Dios. Es como cualquier relación: mientras más tiempo pasas con alguien, más profundo se vuelve el vínculo.

Dios mismo lo prometió:

“Clama a mí, y yo te responderé, y te daré a conocer cosas grandes y ocultas que tú no sabes.” (Jeremías 33:3)

Cuando haces del devocional parte de tu vida, comienzas a experimentar más de Él: sanidad, transformación y propósito.

Entonces te pregunto: ¿estás lista para comenzar a vivir esta experiencia con Dios cada día?

Si quieres dar tus primeros pasos y no sabes por dónde empezar, preparé un recurso para ti: “HOY ME LEVANTO HOY FLOREZCO" – Devocional de 30 días para florecer con la Palabra. 

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Con amor.

Domi Lattimore

Hoy me levanto Hoy florezco. Diario devocional mujer.